Buscamos y estamos motivados por interacciones sociales positivas. Somos seres sociales por naturaleza y queremos conectarnos con otros y sentir afiliación a grupos, organizaciones y comunidades más allá de nuestra existencia individual. Cuando tenemos éxito en las relaciones interpersonales, encontramos la felicidad y el éxito personal. La construcción de relaciones positivas, es un trabajo al que debemos dedicarnos de forma continua. Como educadores, debemos ayudar a los jóvenes a tomar buenas decisiones para construir relaciones positivas y saludables con las personas con las que interactúan. Las relaciones negativas y destructivas en los colegios, a menudo determinan a un actor en la relación “intimidante” con el otro para luego establecer políticas enfocadas en etiquetar comportamientos y crear consecuencias disciplinarias. Sin embargo, los colegios deben ser un lugar donde ayudemos a los jóvenes a aprender a maximizar las relaciones positivas y minimizar las negativas como parte esencial de una vida productiva. ¿Por qué enseñar a los estudiantes a crear y mantener relaciones positivas en lugar de centrarse en comportamientos negativos o relaciones fallidas?
Las relaciones positivas animan a cada participante a crecer como individuos. Aprendemos a disfrutar del éxito de los demás. Comenzamos a ver cómo podemos ayudar a otros a lograr sus objetivos. Cuando interactuamos entre nosotros considerando el crecimiento del otro, podemos brindar apoyo en tiempos difíciles. En los malos momentos, que hemos tenido bastantes durante la pandemia, es importante contar con el apoyo de los demás para mantenerse fuertes.
El enfoque en las relaciones positivas crea oportunidades para una colaboración productiva, trabajando juntos para construir algo mejor de lo que podríamos hacerlo por nuestra cuenta. Esta colaboración tiene el potencial de hacer la vida más agradable, fortalecer las amistades y producir momentos positivos para compartir. Las relaciones enfocadas en compartir producen experiencias significativas que brindan un sentido de propósito en la vida. Nos damos cuenta de que podemos hacer una diferencia en la vida de los demás y nos sentimos bien por ello. Y, al sentirnos bien, satisfacemos nuestra necesidad de pertenecer, estar conectados y fortalecer la comprensión de quiénes somos.
El “bullying” no termina porque declaramos que tenemos una “Política de Cero Tolerancia”. Las relaciones negativas se abordarán cuando nos demos cuenta de que trabajar para crear una relación positiva produce relaciones más positivas. Cuando trabajamos para crear conexiones sólidas con otra persona, esto a su vez tendrá un efecto multiplicador y motivará conexiones positivas entre los demás. En otras palabras, los estudiantes aprenderán sobre las relaciones entre ellos y comenzarán a reconocer que sus acciones y relaciones pueden influir en otros de manera positiva. Hay un gran estudio* que demuestra este fenómeno; cuando un individuo comete un acto de bondad, es probable que el receptor de esta bondad repita un acto de bondad hacia otra persona. Por lo tanto, apoyar el desarrollo de relaciones positivas producirá una comunidad escolar en la que cada estudiante pueda sentirse cómodo consigo mismo y ayudar a otros a prosperar.
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https://www.wired.com/2010/03/kindness-spreads/